Hoy tenemos en el BLOG a Rocío Rubiella, educadora. Nos trae un post sobre el periodo de adaptación.
Os dejamos con ella:
Como cada septiembre llega el comienzo de curso y viene cargado de primeras veces, para los niños que acuden a un ambiente desconocido, con nuevas figuras de apego y compañeros, nuevas actividades, sabores, sonidos y un sinfín de nuevas experiencias.
Primeras veces para los padres, que dejan a sus pequeños en manos de educadoras y educadores extraños para ellos, en algunos casos con sentimiento de culpa por alejarse de los pequeños o dejarlos en manos ajenas, a pesar de ser conocedores de que una vez adaptados van a disfrutar y a aprender muchísimo con ellos.
Y primeras veces para los educadores y educadoras, que reciben la llegada del nuevo curso con alumnos y familias desconocidos, e incluso tal vez, nuevo centro educativo y compañeros.
Ante tanta novedad, es común que niños y familias experimenten una variedad de emociones, como ansiedad, curiosidad, entusiasmo y a veces miedo. Por ello el periodo de adaptación y el papel de los educadores y los padres es crucial para una buena adaptación al nuevo entorno.
Cuando hablamos del periodo de adaptación nos referimos al proceso de transición que experimentan los niños de preescolar a primaria, que generalmente abarca desde los 0 hasta los 6 años y mediante el cual el niño va aceptando el nuevo entorno y estableciendo vínculos afectivos al mismo tiempo que aprende a tomar distancia de su principal figura de pego, generalmente la madre/padre o abuelos.
Pero ¿cuánto puede durar el periodo de adaptación? Esta es una de las cuestiones que más preocupa a los padres debido a la logística de cuadrar horarios laborales con horarios escolares, lo cierto es que el periodo de adaptación puede variar en función de cada niño, su edad, su madurez y las situaciones específicas de cada uno, pudiendo tener una duración de días o incluso semanas.
Lo cierto es que no existe una barita mágica que nos permita acabar con los llantos inconsolables de algunos pequeños, los sofocos de los padres al tener que alejarnos y todos los pensamientos que acuden a nuestra mente, ¡ojalá!
Pero si podemos tener en cuenta algunas recomendaciones para hacer más llevadero este proceso de adaptación hasta que los peques nos suelten la mano, felices de ir con sus profes y compañeros. Aquí van algunas de ellas:
- Hablar sobre la escuela: Hablar con nuestros hijos sobre la escuela infantil de manera positiva ayudara a fomentar en ellos la seguridad y la confianza en esta nueva etapa. Un buen recurso es la lectura de libros o cuentos sobre la escuela, destacando las cosas emocionantes y divertidas que harán allí. Para los más pequeños podemos encontrar títulos como “el pollo pepe va al colegio” editorial SM, “no quiero separarme de mamá” de Salvatella, o “un beso en mi mano” de tanglewood, que llenos de ternura y aventuras cuentan a los niños las vivencias de los personajes al acudir al colegio.
- Establecer una rutina: Antes de que comience la escuela, se puede establecer una rutina diaria que se asemeje a la que seguirá en la escuela. Esto ayuda a que el niño se acostumbre a horarios y actividades regulares.
- Visitas previas: Si es posible, realiza visitas cortas a la escuela antes del primer día para que los niños se sientan más cómodos en el entorno.
- Despedida breve y positiva: la despedida debe de ser breve y afectuosa, no es aconsejable prolongar la despedida, ya que esto puede aumentar la ansiedad de los niños
Nunca debemos irnos sin despedirnos de los niños ya que eso provocara inseguridad y desconfianza en ellos.
- Evitar engaños: no debemos decirles a los niños frases como “me voy un momento y vengo”, ya que solo aumentaran su ansiedad y angustia por la espera del regreso de los padres.
- Mostrar confianza: Los niños detectan los miedos e inseguridades de los adultos, si nos mostramos seguros y confiados en la escuela y el personal, nuestros hijos lo notaran y su actitud hacia la escuela, será más positiva.
- Objeto de apego: Algunos niños se sentirán más tranquilos y seguros si llevan un objeto de consuelo, como un peluche.
- Comunicación con los maestros: Una comunicación abierta y regular con los maestros es fundamental
- Escucha a tu hijo: Si tu hijo expresa preocupaciones o miedos sobre la escuela, escúchalo con empatía y trata de abordar sus preocupaciones de manera tranquilizadora.
- Tiempo de calidad en casa: Dedicar tiempo de calidad con los pequeños después de la escuela, fortalece su conexión emocional y aporta la seguridad de que estarás ahí cuando regrese a casa.
Y sobre todo paciencia y comprensión, no debemos olvidar que nuestros hijos son pequeños y están aprendiendo a comprender el mundo y todo lo que les rodea, que nosotros somos su principal fuente de seguridad y que poco a poco irán ganando confianza en sí mismos y mayor autonomía que les permitirá dejar atrás los estirones de faldas, los abrazos interminables y las lágrimas, dando paso al balanceo de una pequeña mano despidiéndose rumbo a vivir nuevas experiencias y a disfrutar de las jornadas escolares.
Esperamos que os haya gustado mucho el artículo de Rocío.
Con cariño,
Rocío y Natalia